Este video me gustó mucho porque plantea un punto muy importante y difícil de manejar correctamente: cómo acercarse a hablar de la propia fe con una persona que vive su fe de manera diferente.
Lo más común es tener la actitud de “Yo tengo la información correcta, yo aprendí lo correcto, yo conozco las reglas correctas, así que todo el que tenga doctrinas y hábitos diferentes está mal. Por lo tanto, yo debo insistir en enseñarle mis modos hasta que yo le haga cambiar”.
Esto ocasiona que las personas lleguen ante los demás con una actitud arrogante y agresiva, atacando las creencias que son diferentes, de una forma que los demás sienten que se ha faltado al respeto a lo que para ellos es sagrado. La reacción lógica es que, al sentirse atacados, deseen defender lo suyo, se aferren aún más, cierren sus oídos, la mente y el corazón y terminen en una pelea muy fuerte.
Sí, puede haber muchas cosas en las que pensamos: “Tengo toda la evidencia para saber que mi doctrina es la correcta y tengo fundamentos para decirle a esta persona que está equivocada y hacerle ver su error” pero tambien la misma Biblia nos enseña una regla básica que la mayoría pasa por alto:
“No puedes destruirle a alguien sus creencias sin antes construirle un fundamento del que aferrarse”.
¿Por qué? Porque el cristianismo se basa en el amor, y destruirle a alguien su fe, su mundo conocido, su estabilidad, las cosas que amaba o valoraba, su círculo social (que era su red de sustento emocional y económico), y hacerle pasar por una crisis existencial sin haberle dado primero los fundamentos de la fe cristiana, es un maltrato grave.
De nuevo: Destruirle a alguien su mundo conocido, todo en lo que creía y lo que le daba seguridad, es maltrato y el maltrato viene solo del Maligno. Jehová no maltrata y mucho menos envía a sus siervos a maltratar a sus ovejas.
Jehová da respuestas, no dudas. Jehová te da salidas, te da opciones, te da paz. El Maligno te siembra dudas, ansiedad, inseguridades, miedos, soledad, desconfianza e intranquilidad emocional.
Esa es la forma de saber cuándo algo viene de Dios, cuándo algo es superior.
Cuando algo viene de Satanás, es imperfecto y en vez de fortalecerte te llena de grietas, te hace sentir frágil como si pudieras quebrarte en cualquier momento. Porque una cosa es que los cristianos recibamos los latigazos de Satanás de vez en cuando, siendo que estamos de lejos, y otra es la verdadera oscuridad que puede sentir quien está ahí adentro, de cerca a él y a los suyos.
Una persona puede estar fuerte, estable, feliz, tener seguridad y buena autoestima, pero si se le acerca alguien con las enseñanzas de la oscuridad, las escucha y estas llegan a echar raíces en su corazón, comenzará a ver los efectos en su vida y éstos serán negativos.
Satanás disfruta del sufrimiento humano, porque él no ama. Él es lo contrario del amor. Sus sectas están hechas para que las personas pasen de estar bien a sufrir. ¿Cómo? Pues destruyendo todo tu mundo, quitándote el piso que tienes bajo tus pies.
Es como si alguien estuviera parado sobre la tierra y viniera una persona mala y lo lanzara al agua, pero el que ha caído al agua no sabe nadar y comienza a ahogarse mientras escucha que le dicen “Lo hago por tu bien, si no vences tu miedo nunca aprenderás a nadar. Yo sé más que tú y te estoy mostrando algo nuevo que no conocías. Deberías agradecerme”. Pero lanzar a alguien que no sabe nadar es un abuso y un maltrato, además de poner en riesgo su vida. Eso no es algo que proviene del amor. Eso proviene de un maltratador.
Si alguien te maltrata, no te ama.
Si alguien te maltrata, no está buscando tu bien.
Si alguien te ama, no te expondrá arriesgándote, especialmente si sabe que no has adquirido las habilidades necesarias.
Si alguien te ama, no disfruta de tu dolor.
Quitarle a alguien sus creencias, destruirle su fe pasada y no darle primero el sustento necesario es como lanzar a alguien al agua sin haberle enseñado a nadar ni haberle dado un salvavidas. Una persona que creía en algo, que eso le daba algún tipo de seguridad o estabilidad emocional, y de repente se lo quitan, pasa por una crisis existencial que es igual a esa sensación de estar ahogándose en el agua. Esa sensación de estar muriendo, esa desesperación de seguir pataleando hasta perder todas las fuerzas mientras se da cuenta de que no hay nadie más ahí para ayudar. Ese es el maltrato al que me refiero. No hay necesidad de hacer que las personas pasen por ese sufrimiento.
Maltratar no es edificar.
El crecer es un proceso de preparación para el mundo. Así como aprendemos a ser independientes, a bañarnos solos, a comer solos, a cruzar la calle solos, aprendemos a enfrentar los problemas con ciertas herramientas que se nos dieron en los primeros años de vida. Muchas veces estas herramientas son la fe, las creencias espirituales e incluso los rituales. Sí, algunos correctos y otros incorrectos. Pero si a una persona de repente le quitas eso, se queda a la deriva, desprotegida, indefensa y, por lo tanto, susceptible de manipulación.
Es decir, sí hay que arar el campo, pero también hay que saber para quién.
¿Por qué? Porque cuando estás ahogándote y no sabes nadar, la única opción que te queda es pedir ayuda. ¿A quién? A la única persona que está ahí, la misma que te empujó al agua. Cuando estabas de pie en tierra firme, que es tu ambiente y lo que conoces, no pediste ayuda. Si siguieras en tierra firme, no le estarías pidiendo ayuda. Tal vez incluso te sentías más inteligente que los demás. Pero ahora que te ha arrojado al agua, estás desesperado pidiendo por tu vida al mismo tiempo que te estás llamando tonto a ti mismo por no saber nadar.
Lo mismo sucede en la vida diaria.
Una persona puede estar bien, tan estable como sus dos pies sobre el piso. Pero se acerca alguien de estas sectas que solo buscan víctimas para hacer sufrir, disfrazado de “ayuda” y al venir dirigido por Satanás, que es mucho más poderoso que cualquier humano, tiene una estrategia muy buena que hace que las personas caigan en sus trampas por miles.
Sí, ese mismo que supo cómo manipular a Adán y Eva, diciendo: “Come del fruto prohibido porque así conocerás un nuevo mundo, tus horizontes se expandirán, obtendrás conocimiento que ahora no tienes y ese conocimiento te convertirá en un ser superior, serás como Dios. No habrá malos resultados, confía en mí”. Ese que muchos dicen “¡Qué forma tan tonta de caer en un engaño!” pero que ellos creen cuando ahora mismo cualquiera les dice: “Vamos, haz lo que yo te diga, es para tu mejoramiento personal y descubrirás un nuevo mundo, verás lo que nunca antes has visto, conocerás cosas nuevas y serás superior al resto de los humanos. Debes conocer tanto lo bueno como lo malo. No habrá malos resultados. Escúchame y yo te haré grande sobre todos ellos, simples mortales”.
El engaño es el mismo, incluso usando las mismas palabras y las personas siguen cayendo día tras día.
La misma Biblia nos advirtió que serían lobos vestidos de ovejas, que incluso “el propio Satanás se disfraza de ángel de luz”.
Se pueden disfrazar de autoayuda, de superación personal, de filosofía, de pensamiento profundo y novedoso. Dirán tener respuestas, pero solo llenan a las personas de preguntas que antes no tenían… Y no digo que sea malo cuestionarse o cuestionar lo demás. Sí, es bueno cuestionar toda la información que llega a nosotros, pero me refiero a la manera en que siembran las dudas en tu corazón, sin darte el salvavidas primero. Me refiero a qué tipo de dudas siembran en ti y hacia dónde van dirigidas esas dudas. ¿Por qué es útil para ellos sembrar en ti esas dudas específicas?
Por ejemplo, le dicen a la persona: “Debes destruir tu yo anterior. Debes alejarte de tu círculo social anterior. Debes destruir tu mundo y todo lo que conocías. Desaprender para poder aprender lo nuevo”. Si lo ves superficialmente, no se nota una mala intención, pero el punto es hacia dónde canalizan los efectos de los cambios que la persona está dispuesta a realizar.
Esto lleva a que la persona comience a cuestionarse: “Si ya no soy el que era antes, si ya destruí a mi yo anterior, si ese antiguo ser ha dejado de existir y no debe volver porque sería un retroceso… ¿quién soy ahora? Si las personas que antes me rodeaban detenían mi potencial, ¿a quién tengo ahora a mi lado? Si yo iba en la dirección equivocada, ¿hacia dónde debo ir ahora? ¿Qué debo hacer? ¿Cuál es mi misión? ¿Cuál es mi propósito? Si lo que antes me hacía feliz ya no me debe dar felicidad, ¿qué me hará feliz ahora? Si ya no puedo creer en quienes creía antes, ¿en quién puedo creer y confiar ahora? Mi vida ha perdido la motivación que tenía antes, entonces ¿cuál es el sentido que tiene ahora? ¿Por quién o para qué debo vivir?”
Entonces los de la secta dirán: “Para mí… que te enseñaré a trascender y convertirte en un ser superior”.
La persona que antes tenía una buena autoestima y herramientas suficientes para enfrentar su vida, de repente se siente insegura, insuficiente, incapaz, sin las habilidades necesarias, o piensa que ha cometido muchos errores en el pasado porque todo en lo que creía era un engaño. Esta persona ahora está sola y sin su red social de apoyo porque ha dejado atrás ese viejo mundo que le retenía como un grillete en el pie, y ahora se da cuenta de todo lo que tiene que afrontar sola.
Esa persona que antes decía con orgullo “Esto soy yo y esto es en lo que creo” ahora dice: “¿Quién soy? ¿Estoy solo? ¿Quién me apoyará? ¿A dónde debo ir? ¿Y si me sigo equivocando al tomar decisiones? ¿Cuál es la motivación en mi vida? ¿Por qué no encuentro respuestas a todas estas preguntas que me atormentan cada noche antes de dormir y me causan ansiedad?”
Entonces, los de la secta le dirán: “Si me das todas tus joyas, tus propiedades, el 10% de tus ingresos, firmas un contrato de trabajo voluntario por cien mil millones de años y me entregas una virgen… responderé a tus preguntas. Te enseñaré a ser un ser superior”.
-Y ¿qué es un ser superior?
+El que trabaja para mí sin hacer preguntas y sin quejarse. Estoy viendo tu cerebro demasiado activo. Ahora fuma esta droga para bajarte el ímpetu y mantenerte sumiso y desconectado de tu propia realidad y/o situación. Es mejor si no notas lo que está sucediendo con tu vida… y para que no te rebeles, te daré ciertas libertades sexuales, que serán como la válvula de escape de una olla de presión, porque pronto te vamos a meter MUCHA presión.
Entonces, te dirán que para poder abrir tu mente a un mundo nuevo, primero debes destruir tu mundo anterior. ¿Por qué? Porque si estás solo, eres indefenso y, tarde o temprano, tendrás que pedirles ayuda. Si te sientes solo, eres manipulable. Si no tienes opciones, solo te queda aceptar sus condiciones.
Es como si alguien te dijera: “Oye, renuncia a tu trabajo y vente a trabajar conmigo, pero primero tienes que renunciar a tu trabajo anterior para que yo tenga la seguridad de tu compromiso”.
Escenario A:
-Pero primero dime qué salario tendré y qué prestaciones laborales.
+$100 al mes de lunes a sábado.
-Oh! No, gracias. Gano $500 al mes de lunes a viernes.
Escenario B:
-Ya renuncié. Dime, ¿cómo es el trabajo que me ofrecías?
+$100 al mes de lunes a sábado.
-Pero yo ganaba $500 al mes y solo trabajaba hasta el viernes.
+Esa es la oferta. Tómala o déjala.
-Pero…
+¿Tienes otra opción? Ya renunciaste a tu trabajo anterior. Solo te queda aceptar mis $100 o quedarte con $0 para el próximo mes.
Esa es la manipulación, explicada en términos terrenales.
El punto es que algo proveniente de Satanás te hará grietas, poco a poco, para que te vuelvas inseguro de ti mismo y de tus capacidades. Si no confías en tus propias decisiones porque te dijeron que has cometido muchos errores en el pasado, preferirás que tu vida la maneje alguien mejor capacitado y pedirás que te guíen. Pero como es algo que no es para tu bien, no buscarán edificarte, sino esclavizarte… y para esclavizarte deben quitarte todo lo que te ha dado fuerza y te ha sostenido hasta ahora (sea bueno o malo, porque quitarte algo malo no significa que sea para darte algo bueno, pueden quitarte algo malo para darte algo peor).
“Destruye tu viejo mundo” es “Te voy a quitar ese lugar seguro al que podías regresar cuando las cosas estaban difíciles, después yo mismo te pondré la vida difícil, y entonces te diré que soy la única mano de ayuda en tus tiempos malos, porque ya no tienes dónde más ir. Es lo que hay”.
Es lo que en español llamamos “Crearte el problema para después venderte la solución” o “crear la enfermedad para venderte la medicina”.
¿Por qué dejan más preguntas que respuestas? Porque no edifican, solo destruyen. Porque buscan que la persona pierda su asertividad y se vuelva manipulable.
Una vez que la persona ha perdido su autoestima y cree que la mejor decisión sobre su propia vida la tiene alguien más, se llena de miedos. Si no sabe quién es ni hacia dónde debe ir, cada paso que dé será dudoso. Entonces, el Manipulador vendrá y le dirá: “Debes hacer esto y esto. Debes ser sumiso ante la persona que yo te indique. Debes trabajar por esto. Comienza por desaprender todo lo que sabías, olvida todo lo que amabas y destruye tu mundo anterior para que comiences a trabajar en mi nuevo mundo”.
Pero, como solo son órdenes que vienen desde el interés egoísta del manipulador, no tienen una explicación verdaderamente satisfactoria. Siguen dejando vacíos. Es decir, ya hicieron que la persona dejara de creer y de confiar en lo anterior, pero esto nuevo no le llena esos vacíos, no le satisface ni le da las respuestas. Le da órdenes e instrucciones, pero no le explica realmente por qué o para qué. La persona obedece porque duda de su propia capacidad de decisión o por presión, pero no porque tenga una fuerte convicción sobre cuál es la razón verdadera y profunda del cambio.
Eso es lo opuesto al cristianismo. El cristianismo no se rige por órdenes sin sentido que obedeces sin entender por qué. Me refiero a la enseñanza original, no a las distorsiones de las religiones. El cristianismo real se rige por el libre albedrío, es decir, nuestro derecho a decidir y a hacer las cosas por voluntad propia. No es con obligación ni coacción, porque la adoración obligada no es adoración. Todo se hace por amor y desde el amor. Las cosas se hacen con agradecimiento y voluntad. Cuando decides hacer un cambio, lo haces con deseo y voluntad porque has entendido a fondo el porqué, el para qué, el cómo y el hacia dónde. Pero primero entiendes lo nuevo para saber por qué hay que dejar lo viejo.
Sí, la Biblia habla de “quitarte tu vieja personalidad y vestirte con la nueva” como el cambio profundo y gradual de conciencia y comportamiento de una persona que está adquiriendo el conocimiento de las cosas de Dios, pero esto sucede a través de entender qué es bueno y qué es malo para ti, qué cosas debes conservar, cuales erradicar, cuales cambiar y cuales recuperar.
No te dice “Tu yo anterior estaba mal” y te deja ahí, confundido, sin saber quién eres ahora. Te explica las cosas de una forma que tú solito entiendes quién eres y hacia dónde debes ir y eso es lo que te dice qué parte de tu yo anterior debes eliminar. ¿Por qué? Porque es algo que debes entender tú solo. No te lo debe decir nadie más, mucho menos un humano, porque entonces puedes caer presa de la manipulación de esa persona u organización.
Ese es el fundamento. Si quieres enseñarle a alguien más sobre Dios, primero debes edificar para que la persona solita se dé cuenta de qué es lo que tiene que cambiar y qué es lo que siempre estuvo bien en su vida y que tal vez subestimó. Porque muchas veces la mejora no se basa en destruir, sino en rescatar.
Destruir por destruir no es tomar acción desde el amor ni son acciones por el bien de la otra persona. A eso no se le puede decir “Estoy buscando su salvación” porque al quitarle lo que le mantenía firme y ubicado, le estamos dejando susceptible de caer en las trampas de las sectas del Maligno.
Y eso es lo que la Biblia nos advierte que no debemos hacer. No lancemos al agua a quien no le hemos enseñado a nadar, porque si esa persona se ahoga, nosotros deberemos rendir cuentas por su vida.
La Biblia nos enseña que el conocimiento de las cosas de Dios se adquiere poco a poco y que es similar al proceso de aprender a comer. Un bebé pequeño solo puede tomar leche, pero una vez que crece y madura, puede comer alimentos sólidos. De la misma forma, necesitamos ir recibiendo el conocimiento poco a poco e ir profundizando conforme vamos madurando espiritualmente.
Muchas sectas enseñan:
“Los humanos son imperfectos. Eres imperfecto. Te has equivocado mucho y seguirás equivocándote. No sabes quién eres y nunca lo sabrás. La vida está llena de cosas malas. Todos hacen todo mal. No importa cuánto te esfuerces, al final todo es oscuridad y pues, así es la vida. Es lo que hay. Aguantar eso o morir.” Esas son las sectas que terminan induciendo a las personas al suicidio. Les crean el problema (desesperación) para venderles la solución (suicidio).
Para nuestro bien, tenemos el cristianismo que es:
“Sí, los humanos son imperfectos porque un ancestro llamado Adán tuvo la osadía de arruinar su herencia, que era el paraíso, y se vendió él y vendió a toda su descendencia a Satanás; por eso heredamos el pecado, somos imperfectos, morimos, enfermamos, guerreamos y vivimos en un mundo gobernado por el mal… pero te tengo buenas noticias. ¡Ya está solucionado! Ya vino Jesucristo y nos recompró. Nosotros que fuimos vendidos, ya fuimos recomprados. Es como si, sin saberlo, hubieras sido vendido como esclavo a un mal amo, pero alguien más ya vino y compró tu libertad. Entonces, no tienes que hacer nada más que tomar tus maletas e irte con esa persona que compró tu libertad”.
Claro, el mal amo hará de todo por no dejarte ir, porque ya te contaba como su esclavo y parte de sus propiedades, y lo hará a base de hacerte falsas promesas de dinero o de darte latigazos y amenazarte para que por miedo no te vayas, pero imagínalo así:
Ya estás de pie en la puerta de la casa del mal amo. Ese mal amo está gritando que no te puedes ir, pero sabes que tu libertad ya ha sido comprada. Miras hacia afuera y la persona que compró tu libertad está con un carro esperando para llevarte a un buen lugar donde se te tratará con amor y respeto. ¿Te quedas con el mal amo o te vas con la persona que ya demostró que sí hace cosas por tu bien?
No se trata de decirte “Jesucristo estará a tu lado en el futuro”. Sí, lo estará, pero el punto es que ya lo hizo, ya fue, en tiempo pasado. Antes de que tú lo supieras, antes de que entendieras el porqué, antes de que tú conocieras a Jehová… Tanto Jehová como Jesucristo ya han hecho todo para recomprar tu libertad, solucionar tus problemas y darte lo que necesitas. Mientras tú estás preocupándote por el futuro, Jehová ya había enviado a su hijo a arreglar todo lo que cualquier otro antepasado pudo haber arruinado en el pasado.
Ya está.
Ya está solucionado.
Ya no hay de qué preocuparse.
Ya nadie puede hacerte daño real.
Ya no hay soledad porque, en realidad, nunca la hubo.
Ya no hay futuro incierto que temer. Lo que pudiera pasar mañana, que será en 24 horas, es irrelevante comparado con lo que vendrá en el verdadero mañana.
Ya están todas las respuestas y las soluciones.
Sólo hay que saber a quién preguntar. ¿Quién puede darte las respuestas sobre cómo funciona este mundo? Pues el Creador del mundo. ¿Por qué preguntarle a quien está más abajo si puedes dirigirte directamente al que está hasta arriba?
1:40 a.m. Mexico’s Time Zone (CST)






